domingo, 2 de abril de 2006

Gotitas de Esperanza

A veces siento que por cuestiones extrañas a mi voluntad dejo de lado proyectos o cosas que me apasionan y sobre todo que pueden aportar mucho a mi vida, y ¡porque no! también yo a la vidas de algunos. Una de ellas es no haber podido participar durante mi vida universitaria de un Voluntariado.

No es el objetivo de este escrito explicar los motivos que me impidieron hacerlo. Sin embargo debo confesar que no podía dejar pasar mi vida sin haber experimentado alguna experiencia de voluntariado, aun mas si tengo un compromiso y me siento parte de este movimiento católico que cree en un Dios vivo o con un Jesús que con su vida nos enseñó entre tantas grandezas: “el amor por los demás” y aquella “gratuidad” que nos exige dar lo mejor de nosotros, me condujeron a darme la oportunidad de participar en el “Programa de Voluntarios en Educación Ambiental – PVEA”, organizado por una ONG ambiental, nuestra tarea estuvo enfocada a crear conciencia tanto a profesores como escolares que cuidar y racionalizar un recurso escaso como el agua es urgente y necesario.

Esta vez pude experimentar en carne propia y no solo ser oyente de las gratas experiencias de voluntariado de nuestros unecos, que dedicar algunas horas de mi tiempo a los demás no es en vano, que practicar aquello que nos predica UNEC es cierto, no solo porque nos permite descubrir cualidades muy ocultas o reafirmar otras o simplemente saber, como es mi caso, que el tema ambiental esta inmerso en mi ser, sino también sentir la alegría, el entusiasmo y la esperanza de saber que no estamos solos, que junto a muchas personas -algunos no católicos- podemos apostar y aportar por un mundo mejor, también debo decir que fue una oportunidad para mostrarme y exclamarme católica, y reflexionar la exigencia que implica decirlo, porque creer en un Dios que esta entre nosotros no es simple floro, hay que vivirlo, con la misma intensidad que Jesús nos enseño en el día a día, sé que es una tarea difícil porque somos seres humanos y a veces débiles, pero podemos avanzar a ello y es mucho mas fácil con el acompañamiento de nuestra comunidad y de nuestros asesores, por ello es necesario dejarnos cuestionar y corregir con amor.

Rocio Torres