domingo, 1 de diciembre de 2002

EL MUNDO DE LOS CRISTIANOS

“Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.”

Mt. 28,20

Escribir sobre la misión de los cristianos en el mundo de hoy, es, sin lugar a dudas, un tema que se halla muy vigente en el debate eclesial, las precisiones al respecto habrán de ser diversas, lo cual denota la importancia y lo primordial de este tema en el pensamiento cristiano.

El punto de partida lo marcará la relación entre fe y mundo (ámbito en el que vive la humanidad o las personas) Los acontecimientos bíblicos tienen un contexto que es el mundo y la fe debe entenderse como la confianza en un Dios que significa amor. Ahora bien, ¿Qué relación existe entre Dios amor y el mundo? Pues Dios es alguien que se comunica con el mundo a través del lenguaje, “En diversas ocasiones Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, hasta que en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del hijo”(Heb. 1,1-2), "hombre enviado, a los hombres", “habla palabras de Dios”; tenemos un Dios que se comunica con nosotros, que es parte de nosotros, por lo cual, la relación entre fe y mundo habrá de desarrollarse en un contexto que se llama historia, como el lugar de encuentro y resultado de nuestra fe y responsabilidad por el mundo:

FE RESPONSABILIDAD

POR EL MUNDO

HISTORIA

Lugar de encuentro:

Sociedad de los Humanos y

La naturaleza[1]

Sería interesante recapitular algunos conceptos sobre historia. Nosotros llamamos o conocemos por historia a la evolución de las sociedades, sin embargo esta noción, algo sesgada por limitar la historia a la participación humana, debería abarcar un concepto más amplio, ya que la historia, comprende también, la relación de los humanos (sociedad) con la naturaleza.

Anotamos esta afirmación debido a los continuos atentados en contra de la ecología, un problema, que por la sobreexplotación de la vida natural y, por ende, humana, debiera ser de primer orden en la agenda mundial. Vivimos tiempos en los que el ser humano a pasado a tener una capacidad de transformación inaudita para muchos, capacidad de manejar el mundo natural al interés propio, sin tomar en cuenta que existe un paralelo entre Dios y la naturaleza “Los cielos cuentan la gloria del señor, proclama el firmamento la obra de sus manos. Un día al siguiente le pasa el mensaje y una noche a la otra se lo hace saber. (...) Al sol le fijó una tienda en lontananza, de allí sale muy alegre, como un esposo que deja su alcoba, como un atleta a correr su carrera. Sale de un extremo de los cielos y en su vuelta, que alcanza al otro extremo, no hay nada que escape a su calor. La ley del señor es perfecta, es remedio para el alma...” (Salmo 19). El mundo natural nos habla de Dios toda la naturaleza, por su perfección y armonía nos rememora al Dios de la vida, toda la naturaleza y la ley de Dios (Biblia y profetas) habla de Dios.

Es decir, la responsabilidad por el mundo o la relación entre los cristianos, abarca, no solamente, a la humanidad, sino, al mundo natural, entendiendo en ella a la creación de Dios, por lo cual es necesario tener el horizonte, una perspectiva clara para expresar y conocer la relación entre fe y obras. Una fe sin obras es fe muerta, diría Santiago, es decir fe sin responsabilidad por el mundo no es fe, no creemos en el Dios amor.

Perspectiva bíblica

Antes de proseguir es necesario recordar algunos puntos importantes que nos ayudarán a entender, de mejor forma, la relación entre los Cristianos y el mundo.

a) Anotar la importancia de la alianza que tiene Dios con el hombre “He aquí que yo corto el pacto[2] delante de todo el pueblo. Obraré maravillas tales como nunca se han hecho en toda la tierra ni en nación ningunas... Cumple lo que yo hoy te mando; he aquí que yo arrojo ante ti al amorreo, al cananeo, al hitita, perizita, al jivita y al jebuseo...” (Éxodo 34, 10-11; más adelante en 23, 20-33) la alianza significa también, el encargo de la creación por parte de Dios al ser humano, hecho a imagen y semejanza de Él. Dios nos ha hecho con necesidad de amar, el amor y la capacidad de creación. Yahvé, Dios va con nosotros en el mismo caminar es el garante de la plenitud de la vida humana, que sólo es posible en comunión con la tierra, es decir, con todo ser viviente (“toda carne”). Un Dios, un pueblo de hermanos, una tierra, son promesas (alianzas) siempre renovadas y vigentes.

b) Repensar la creación como un encargo de Dios a los hombres, “El día en que hizo Yahvé Dios de la tierra y el cielo, no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba del campo había germinado todavía, pues Yahvé Dios no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo (...) Entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. Luego plantó Yahvé Dios un jardín del Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado. Yahvé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal (...) Y Dios impuso al hombre este mandamiento: De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás sin remedio.” (Gn. 2,4b – 25) El jardín aparece como un encargo, la creación en el jardín nos da alimento, vida y plenitud, además de algunas cosas inútiles, pero magníficas.

c) Los seres humanos tenemos una responsabilidad histórica que nos hace co-creadores (“Si Dios ama la creación, entonces tengo que amar a la creación”), la creación debe expresar el amor entre nosotros, lo cual supone el amor por el mundo natural, manteniendo la actitud de Dios ante lo bello e inútil[3]. Se trata de encargarse de la realidad y entender a la creación como un proceso permanente.

d) La revelación del “Emmanuel” (Dios con nosotros), como alguien que nos acompaña es un tema central que tiene como resultado el compromiso, la revelación provoca un pacto (promesa) “Yo soy amor y tu debes amarme[4] Con Noé y con todo ser viviente, con la vida, es una ratificación del encargo, una expresión de la alianza con la vida, la tierra como fuente principal de la vida, porque es sinónimo de Dios.

e) Dios el Señor de la historia. La resurrección de Cristo nos da una clave de su soberanía “Todo sometido bajo sus pies” (salmo 8) la presencia de Dios es poder, tiene la doble posibilidad de dominar y servir[5] . Jesús ejerce y opta por un señorío de servicio a los demás, sobre todo, a los más pobres.

La responsabilidad por el mundo subraya esto: Emmanuel significa, la presencia del amor, servicio, justicia y fraternidad.

A manera de conclusión

Estos datos nos ayudan a repensar la vigencia de nuestro compromiso con el proyecto del Señor, compromiso vivo y vigente hasta el fin de los tiempos compromiso que trae por añadidura el amor al prójimo, el mismo que da cuenta del amor a Dios.

Hoy mas que nunca debemos tener en cuenta que no existe una historia fuera de la historia humana, asumiendo a la creación como un acto liberador que tiene sus raíces en la historia, acto liberador que obedece a la justicia, aquella justicia de la que hablan los textos bíblicos, haciendo indisoluble el culto de la justicia, es decir, el culto alcanzará su sentido pleno sólo con la práctica de la justicia, vivificando el respeto a los derechos del otro, más aun, el derecho de los más pobres. Pablo nos habla de la justicia como sinónimo de salvación y los justos son buenos cristianos, es decir, la salvación es la práctica de la justicia, mostrándonos el lazo de indivisibilidad entre culto y justicia. A decir de Mateo: Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y ustedes me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver (...) En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí. (Mt, 25, 34-40)

Finalmente, revisar y asumir nuestro papel de laicos en la presencia de acontecimientos capitales como Concilio Vaticano II, Medellín, Puebla “...Para que todo el mundo, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame[6].”, es la labor esencial de los cristianos de hoy, ratificando su actualidad, en un análisis constante de los signos de los tiempos, como señales fundamentales y lectura de la realidad de nuestros pueblos y de nuestra gente como tiempos propicios para acoger al Reino de Dios, desde una perspectiva evangélica que nos invite a interpelarnos e interpelar cualquier tipo de circunstancia adversa a los valores del Reino (justicia, paz, verdad, igualdad, solidaridad, vida, amor[7]).

Somos concientes del camino que nos queda por recorrer, y admitimos que,“se hace camino al andar”, sin desfallecer en el intento, para reponernos de las caídas como buenos guerreros dispuestos a disparar, a decir de Vallejo, “la propia miseria, la propia mansedumbre y a tener siempre unas ganas de amar, aunque sea a traición del enemigo.” .

Aldo Santos Arias

Ruah

UNEC - Puno

Nota:

Muchas de las ideas vertidas en este escrito provienen de la reflexión teológica del Padre Gustavo Gutiérrez, Felipe Zegarra y Luis Fernando Crespo



[1] Lo importante en la revelación humana es el encuentro con Dios: “El que ofende a la creatura ofende al creador”. “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mi.”(Mt. 25, 40) y esto lo hacemos en la historia.

[2] “Yo corto el pacto”: Hace un juramento solemne

[3] “La inutilidad es algo muy lindo” (Job)

[4] Nota de la Segunda Alianza

[5] Cuando a Jesucristo le preguntan si es el Rey, Él lo reconoce

[6] Nota de la Constitución Dogmática. Dei Verbum 1

[7] Rosa Castro “El cristiano y su responsabilidad social” CEP 2002 Pág. 9

jueves, 7 de noviembre de 2002

Valores compartidos

"Un viaje de mil millas empieza con el primer paso “
Lao Tsé

Empecemos por el inicio, es necesario hacer una pequeña introducción del por qué de este documento y sobre quienes lo presentan.

La Consultoría Técnica Alberto Grieve es uno de los grupos organizados de la FIM compuesta por alumnos y egresados de nuestra Facultad que ha desarrollado sus actividades durante ya algunos años. En el transcurrir de estos, entre marchas y contramarchas hemos podido observar lo difícil que es empezar a trabajar en equipo, ya sea por diferencias personales, conflictos internos, “falta de tiempo”, etc. Esta situación muy común no nos fue ajena y por ende nos condujo a la búsqueda de una alternativa de solución. A la luz de la experiencia y después de mucho trabajo de reflexión podemos decir que para poder iniciar un camino en común en búsqueda de un objetivo, se necesita establecer como primer paso y antes que todo, un conjunto de valores compartidos por cada uno de los integrantes. Establecer estos valores no implica haber superado todos los problemas interpersonales que puedan suceder. Esta condición es necesaria pero no suficiente[1]. Los valores que compartimos son :

LA ÉTICA .- Consideramos al comportamiento ético como aquel que conduce al buen actuar. Es difícil precisar qué es el bien y qué es el mal, en tanto que tiene intima relación con la vida, nos referimos a aquella vida que se vive plenamente y no solo a la que se “sobrevive”. En la Consultoría Técnica Alberto Grieve nos identificamos con el comportamiento ético cívico basados en criterios de justicia que garantiza una convivencia digna entre las personas[2]

LA SOLIDARIDAD.- En sociedades como la nuestra donde los recursos económicos son escasos para la mayoría y en un mundo donde el aumento del conocimiento es vertiginoso se impone por necesidad la adopción de prácticas solidarias. La idea de compartir recursos y conocimientos para poder avanzar con mayor eficacia que si lo hiciéramos en forma individual, es el pilar que sostiene nuestra asociación bajo la idea de solidaridad. Esta determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir por el bien de cada uno para que todos seamos verdaderamente responsables de todos es una práctica que necesariamente tiene que ser constante.

EL COMPROMISO .- A la capacidad de ir mas allá de uno mismo, de asumir el lugar del otro como suyo lo llamamos compromiso personal, comprometerse implica tener una coherencia férrea, es decir, “hacer lo que uno dice que va hacer “.

LA CALIDAD.- Al reconocer que cada cosa tiene importancia y valorándola adecuadamente podemos hacer las cosas bien y de una manera eficiente. Al valorar la vida podemos dar el primer paso para mejorar su nivel. Esta forma de ver el mundo nos da la idea de calidad que compartimos: “hacer las cosas hoy mejor que ayer y mañana mejor que hoy”.

La Consultoría Técnica Alberto Grieve brinda un espacio para compartir ideas que pueden ser útiles para otros grupos organizados. Este conjunto de valores compartidos se ha trabajado y se sigue trabajando en nuestros equipos de estudio. La invitación a participar con nosotros esta abierta, el único requisito es compartir estos valores.

Daniel Arturo Gonza Núñez

7/11/02

[1] Esto requeriría posterior desarrollo.

[2] ADELA CORTINA, “Ética de Mínimos y Máximos”. Editorial Barcelona 1992. Pág. 103.

viernes, 1 de noviembre de 2002

La Festividad de la Virgen de la Candelaria y sus danzas.

Querer eternizar la festividad de la Virgen de la Candelaria, introducirla juntamente con las melodías en una trompeta, asirla con nuestras emociones en las danzas y santificarla en los pedestales con fe es tal vez el atisbo social; o, la solemne espera cuando el tiempo abre el alma de febrero. Esa intimidad nos condena a revivir el pasado y es cuando plantamos la nostalgia sobre la semilla del recuerdo para retrotraer lo que hemos guardado en las maletas del año anterior, las máscaras, polleras, pelucas, luces, los bordados relucientes y el calor. Generosamente la memoria nos devuelve nuevamente la devoción y la unción cristiana, y lentamente nos sumergimos en el fuego sentimental, y es cuando musitamos oraciones a nuestra virgen y las palabras que humean de los incensarios destrenzan músicas que nos abrasan y consumen fervorosamente en el movimiento, en la antigua relación de los hombres y mujeres que se reencuentran en la danza y la magia y el hechizo de sus pasos y coqueteos.

Vuelven a expresarse una vez más nuestras manifestaciones culturales, llegan como las balsas y los botes repletos de alegrías, o como rosadas nubes para florecer como rosas tropicales en la cullaguada o la callahuaya. Vuelven siempre jóvenes despojadas de cansancios como en las diabladas o tuntunas o solemnes y fastuosas como en los morenos y rey morenos, y al final después de darnos un beso se marchan en solitario como si nunca hubiesen existido. La festividad de la virgen de la Candelaria es representación y contemplación a la vez.

La danza en Puno, es conocimiento y liberación, una actividad poética del movimiento, el ejercicio espiritual de la cultura, y siempre tiene un valor de propuesta y de cambio, no sólo actúa de decodificador y crítico de las realidades que pasan ante nuestros ojos como sí solos fuésemos testigos de la historia. La Danza en Puno es ante todo un diálogo consigo mismo y con una tradición. No se danza desde la nada ni para nadie, y a veces se danza para uno mismo. En ese sentido nuestro yo espectador le da gracias siempre al yo manifestador, mejor dicho al yo danzador. ¿Cómo transmitir esas emociones a audiencias acostumbradas a conocer hechos sólo a través de la lectura? Es preciso danzar, para sentir la danza, y es una manifestación de la sabiduría sobre lo que se siente y lo que se considera no sentir. La festividad de la virgen de la candelaria es inspiración y respiración.

La danza es además un nuevo raciocinio, es un nuevo estilo definido de inteligencia emocional y una necesidad práctica de todos. Se danza para liberarnos interiormente, para unirnos y reunirnos en la sublimación, la experiencia, sentimiento, la intuición y la organización de la felicidad personal y social; la danza pone en evidencia los límites del pensar y actuar, y revalora el sentir como dimensión olvidada de lo humano. Y el poblador puneño los justifica al encarnarlas, les da vida, les brinda el acento majestuoso de la presencia reveladora de la creación. Danzar es crear y el acto creador es manifestado en el arte, y el arte es un modelo de interpretación de la realidad, y la realidad es una representación de lo real; y, lo real es el mundo de la actividad concreta de los seres humanos. Sólo así comprenderemos la coreografía y el símbolo de quechuas, aimaras, puquinas y urus, callahuayas e hispanos que han hecho de la danza su epifanía, su esplendor de significados en Puno.

No hablamos de la danza puneña entendida desde criterios estrictamente geográficos donde se entiende como puneño todo lo que pertenece a Puno; es decir, al lugar; ni mucho menos usando criterios lingüísticos señalando una danza aimara, quechua, y otros, sino más bien desde una opción histórico cultural, o sea ubicando a Puno dentro del desarrollo andino y panandino que resulta a la luz de las reflexiones antropológicas la que más guarda relación con nuestro pasado, el presente y la creación de nuestros futuros posibles y deseables.

El itinerario que han seguido nuestras danzas han estado jalonados de momentos memorables e históricos hasta su agonía, por ejemplo el Padre Jesuita Ludovico Bertonio registró en 1612 como modos de danzar o bailar, la chiachiata, apalthata, ichuta, huayñufita, por citar algunas de ellas; hoy estas danzas ya no se ven, probablemente desaparecieron en la bruma de los tiempos y algunas cambiaron de nombre. Las danzas de hoy en expresión y contenido son manifestaciones de la modernidad, consagran el instante altiplánico y convierten el transcurrir histórico en arquetipo. Así los choquelas, o el carnaval de Socca, o la llamerada son consagraciones socioculturales. Consagraciones míticas, épicas o epopeyicas de la andinidad y el andinismo de nuestra contemporaneidad. Cada cultura concibe su propia modernidad y se vale de ella, esos procesos son producto de años de conflictos y resoluciones, de transformaciones y regularidades, de tesis y antítesis, de equilibrios y desequilibrios, que involucran costumbres e instituciones, los espacios físicos y ecológicos, la actividad productiva y la convivencia cotidiana, las creencias e ideas, los espacios interiores y mentales, las nociones del tiempo y el futuro. Así la andinidad que es concepción se expresa en el andinismo que es su realización. De algún modo, este movimiento rítmico impregnado de colores y sonido son expresiones de la sensibilidad de la diversidad, y la diversidad es hija de la historia. Cada etnia y cada cultura engendran la danza que el momento y el genio colectivo les dicta.

La dispersión de la danzas en mil formas en el espacio altiplánico y ribereño hacen que cada una de ellas tracen su historia y biografía, y cuyas tonalidades son como los matices del arco iris: El conjunto de sicuris Qhantati Ururi de Conima o el 8 de diciembre de Lampa, así como el conjunto de zampoñistas Mañazo no son más que el coro al sonido o al único lenguaje musical de la armonía, el ritmo o el contrapunto que es revelación de la libertad humana.

Finalmente, la Federación de Cultura y Folklore de Puno, institucionaliza la práctica de la danza, donde los movimientos y acciones de las danzas condicionan el curso del devenir. Allí nada ni nadie es inútil, todo contribuye a dar contenido a la sociedad. Las danzas dejan poso, rastro y huella en quienes la realizan y en el contexto intra e interpersonal en ellos generan afectos y expectativas, reacciones, experiencia e historia porque la condición humana de danzar es imborrable. Ni siquiera el olvido y la confusión que a veces encubren el origen y significado de nuestras danzas, pueden deshacer el acto de impedir de seguir danzando. La acción humana le da sello de creatividad, singularidad y originalidad, y por ello es imprevisible que deje huellas y señale “guiones” esquemas para acciones posteriores, cada acción del diablo o la china diabla que danza incorpora la experiencia pasada y genera la base para la nueva festividad que ya no puede arrancar de la nada.

La cultura social compartida, su consolidación en la danza, en el ejercicio de la libertad y la decisión libre, además de la actividad creadora es darle continuidad a las tradiciones. Y la danza, más que inventar realidades prolonga el pasado en el presente, la proyecta hacia todos nuestros futuros posibles y deseables por eso danzar en Puno y en la Festividad de la Virgen de ka Candelaria es suscribir nuestros compromisos con nuestro destino porque el destino de nuestras danzas nos pertenece.

Puno, Noviembre del 2002

Aldo Santos Arias

CEF UNEC Puno

viernes, 15 de febrero de 2002

¿QUÉ ES PASTORAL SOCIAL?

Escribir sobre Pastoral Social supone escribir sobre evangelización cuya finalidad es formar personas integrales y esta misión cuenta con dos partes:
la doctrina - teoría
la acción – practica
Por otro lado tenemos a la persona humana con: alma y cuerpo, es decir, la doctrina y la acción son imprescindibles en la evangelización: “Hermanos, ¿qué provecho saca uno cuando dice que tiene fe, pero no la demuestra con su forma de actuar? ¿Será esa fe la que lo salvara? Si a un hermano o a una hermana les falta la ropa y el pan de cada día, y uno de ustedes les dice: “Qué les vaya bien; que no sientan frío ni hambre”, sin darles lo que necesita, ¿de qué les sirve? Así pasa con la fe si no se demuestra por la manera de actuar: está completamente muerta.” (St. 2,14-26). Sin ánimo de encasillar a la Pastoral Social en un concepto proponemos una definición. Pastoral Social es: evangelizar en la historia, lo cual tiene dos antecedentes fundamentales: si recordamos tiempos antiguos, se hace una división entre cuerpo y alma y se habla de una pastoral de las almas, es decir, se medía la evangelización por la cantidad de almas evangelizadas, pero quienes habitamos el mundo somos cuerpos, personas, grupos, comunidades, etc. En Vaticano II se presenta a la Pastoral Social como una crítica a otras pastorales, ya que se habla de una dimensión secular o temporal de la evangelización y ello significa anunciar el evangelio en la historia con una praxis concreta.
En la evolución de las ciencias modernas encontramos una variedad de divisiones y especificidades; hoy hablamos de ciencias económicas, políticas, sicológicas, sociológicas, físicas, etc.; no obstante la realidad no está dividida y la Pastoral Social tiene que ver con esta división, recordando que la especialización es buena, pero la realidad no esta separada.
La Pastoral Social nace de la época moderna con la consigna de aplicar el mensaje a la realidad cambiante, no obstante existen antecedentes importantes que nos muestran el brote de la Pastoral Social en la práctica de Jesús, aunque Jesús no tuvo una oficina ni trabajó en organismos especializados hizo cosas motivadoras: sanó enfermos, alimentó multitudes, calmó tempestades, etc.
Por otro lado, los primeros evangelios nos dan señales de vida de DIOS Yahvé, que envía el maná cuando había hambre (Ex. 16), envía agua cuando su pueblo tenía sed. (Núm. 20, 9-11); nuestro Dios no es neutral: “Yahvé dijo: “He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltratan sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país grande y fértil, a una tierra que mana leche y miel…” (Ex. 3, 7- 9). Dios VE (la humillación de su pueblo), escucha (el clamor de su pueblo), JUZGA (el sufrimiento), y ACTÚA (a favor de su pueblo), y hoy lo hace mediante nosotros.
El evangelio de San Mateo nos dará otra orientación pastoral en el juicio final (Mt. 25), orientación pastoral que es válida para hoy, que nos dice: a Dios lo encontramos en la acción solidaria, en la relación con el pobre; una relación que dignifica a la persona humana en toda su dimensión.

¿Con qué fe y con qué teología hacemos Pastoral Social?

Este tema se puede abordar de diferentes maneras por su complejidad, sin embargo podemos concluir en que la Pastoral Social brota de la fe del pueblo de Dios y esta fe sostiene la evangelización. Evangelizar es difundir nuestra fe, creer en la esperanza, amor y transformar la historia. Al decir de Jon Sobrino “Creer en Dios y creer en Cristo es también rechazar ídolos”, evangelizar es fortalecer nuestra fe en el Dios vivo y no en falsos dioses como la codicia, el egoísmo, individualismo, etc. El evangelio es la expresión del pronunciamiento del amor y la fe en Dios es creer en el prójimo y no en falsos dioses.
La evangelización es la misión de la iglesia, no hay una sola manera de vivir, de testimoniar el evangelio en sus diferentes contextos y dimensiones; el contenido es el mismo el anuncio es diferente (culturas y realidades). Evangelizar, anunciar y vivir la buena nueva, no sólo es docente, sino actuante, es un modo de vivir que se hace de acuerdo a las necesidades de cada época.
En un mundo de desesperanzas los cristianos estamos llamados a ser constructores de esperanza, a recoger las semillas del reino y sembrarlas, confiando en que, desde lo pequeño, podemos hacer el reino de Dios; San Pablo diría: “aguardamos por la fe los bienes esperados por la justicia”, amor alegría y felicidad.
La Pastoral Social no sólo es caridad, es también fe y esperanza; el amor en términos de Jesús muerto y resucitado que dirige su acción salvífica a toda la humanidad.

Aldo Santos Arias
Haya
UNEC - Puno